jueves, 11 de mayo de 2023

87.- El calvo explica la farsa

    Unos minutos después, todo estaba aclarado.

    - ¿Pero cómo coño se te ocurre?

    La verdad es que Gutiérrez seguía sin dar crédito a lo que le acababa de contar el calvo. Menudo cabrón estaba hecho.

    Tras las amenazas iniciales, el calvo había llevado a Gutiérrez y a Hortensio a su centro de operaciones. Un ordenador portátil, unos auriculares, una conexión a la red, y poco más.

    - He entrado en el sistema de la Seguridad Nacional y he introducido informaciones falsas sobre una supuesta bomba nuclear que se encontraría aquí mismo. Como en "Juegos de Guerra". Mola, ¿verdad?

    - No mola nada, capullo.

    - Voy a crear una App, fácilmente descargable, para que cualquiera que quiera pueda enviar una amenaza virtual a cualquier sistema de seguridad del mundo. Esto va a ser la bomba.

    Gutiérrez, más allá de la referencia cinematográfica, y más allá del juego de palabras del calvo con eso de la bomba, de lo que de verdad tenía ganas era de volver a casa y echarse un buen trago de vodka entre pecho y espalda. No uno virtual. Uno de verdad.

    - Anda, Hortensio, detén a este tío y vámonos ya de aquí.

    - ¿Va a venir la prensa? Me voy a forrar publicitando mi App.

    - Cállate, imbécil.

    Lo único bueno, pensaba Gutiérrez mientras salían, es que los de la Central de Inteligencia iban a hacer un ridículo espantoso cuando esto se supiera. Solo de pensarlo, Gutiérrez sonreía. Hasta le estaba empezando a apetecer que, como pedía el calvo, fuera llegando la prensa...

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