Se reclinó ante el escritorio de su despacho, se encendió un cigarrillo y observó el infinito. Alguien llamó educadamente a la puerta. "Comisario", le dijeron, "alguien quiere verle". "Seguro que no es para nada bueno", pensó él, "nadie me llama para nada bueno". Sin embargo, de sus labios solo brotaron las palabras "¡que pase!". Y no era ninguna rubia despampanante, por supuesto. Eran problemas. Más problemas. "¡Mierda!", pensó. Y aspiró otra calada.
viernes, 26 de mayo de 2023
89.- El cazador cazado
jueves, 18 de mayo de 2023
88.- El mundo está loco y yo tomando vodka.
- ¿Y si esto se extendiera? -preguntó Mel.
Y la verdad es que el periodista tenía razón.
Gutiérrez se pidió otro vodka y se encendió el enésimo cigarrillo. Tenía que admitir que le gustaban esos momentos, de copa y puro, después de la resolución de los casos. A Hortensio y a Gutiérrez se le había unido Mel, siempre atento a la noticia, y ahora, en una terraza, la comentaban entre risas.
- Menudo tiparraco, ¿no?
- Ya ves. El tío no tenía un pelo de tonto... pero de listo tampoco.
La verdad es que tenía pinta de que el personaje se iba a convertir en una celebridad, al menos en ese tipo de personajes célebres durante un cuarto de hora, antes de que otro descerebrado ocupe el espacio y la atención de la masa, todavía más descerebrada.
- La App, desde luego, es un peligro. Pensad en las implicaciones. Poder piratear y secuestrar los servicios de seguridad de cada país. Y enviar mensajes y alarmas falsos...
- Como para iniciar una guerra desde el salón de casa.
- Este tipo a punto ha estado de hacerlo...
- Afortunadamente, parece que su aplicación no tiene mucha salida comercial. Los Estados prohibirán su venta, y se protegerán contra ella -terció Gutiérrez.
- Normal. Imagina que se pone en venta, que es un éxito, que surgen otras aplicaciones diferentes...
Fue entonces cuando Mel preguntó qué pasaría si esto se extendiera, si pasara a ser una moda, si todos lo consideraran divertido.
Entre los tres amigos se hizo el silencio.
Gutiérrez, no obstante, tenía clara una cosa. El mundo estaba cada vez más loco. Menos mal que cualquier día de estos se jubilaría; y menos mal, de verdad que sí, que seguía existiendo el vodka.
jueves, 11 de mayo de 2023
87.- El calvo explica la farsa
Unos minutos después, todo estaba aclarado.
- ¿Pero cómo coño se te ocurre?
La verdad es que Gutiérrez seguía sin dar crédito a lo que le acababa de contar el calvo. Menudo cabrón estaba hecho.
Tras las amenazas iniciales, el calvo había llevado a Gutiérrez y a Hortensio a su centro de operaciones. Un ordenador portátil, unos auriculares, una conexión a la red, y poco más.
- He entrado en el sistema de la Seguridad Nacional y he introducido informaciones falsas sobre una supuesta bomba nuclear que se encontraría aquí mismo. Como en "Juegos de Guerra". Mola, ¿verdad?
- No mola nada, capullo.
- Voy a crear una App, fácilmente descargable, para que cualquiera que quiera pueda enviar una amenaza virtual a cualquier sistema de seguridad del mundo. Esto va a ser la bomba.
Gutiérrez, más allá de la referencia cinematográfica, y más allá del juego de palabras del calvo con eso de la bomba, de lo que de verdad tenía ganas era de volver a casa y echarse un buen trago de vodka entre pecho y espalda. No uno virtual. Uno de verdad.
- Anda, Hortensio, detén a este tío y vámonos ya de aquí.
- ¿Va a venir la prensa? Me voy a forrar publicitando mi App.
- Cállate, imbécil.
Lo único bueno, pensaba Gutiérrez mientras salían, es que los de la Central de Inteligencia iban a hacer un ridículo espantoso cuando esto se supiera. Solo de pensarlo, Gutiérrez sonreía. Hasta le estaba empezando a apetecer que, como pedía el calvo, fuera llegando la prensa...