jueves, 30 de marzo de 2023

83.- Una amenaza global

    - Supongo -dijo Paz- que estarán deseando saber la naturaleza de su misión.

     Gutiérrez y Hortensio ni siquiera sabían que tenían una misión. Así que optaron por callar. Al no recibir respuesta, el agente Paz decidió girarse y comenzar su explicación.

    - Habrán visto, señores, que esta sala está completamente vacía.

     Gutiérrez y Hortensio asintieron.

    - Los recortes... los malditos recortes. En sus buenos tiempos, esta sala bullía de vida. Secretarias de un lado para otro transmitiendo mensajes; chupatintas frenéticos anotando sin parar. Era la época de la Guerra Fría y la Central de Inteligencia no daba abasto. Ahora no le importamos a nadie. La paz nos ha quitado el trabajo y...

    - Disculpe, agente Paz -interrumpió Hortensio-. ¿Me equivoco o teníamos que salvar el mundo urgentemente?

    Paz pareció decepcionado por el desprecio a la problemática de su gremio, aunque tuvo que reconocer que algo había de verdad en las palabras del policía. Así que se acercó a una pantalla en la que se reflejaba un mapa de la ciudad.

    - Voy al grano. Hemos recibido una amenaza. Alguien tiene una bomba nuclear y está dispuesto a hacerla detonar. 

    - ¡Coño!

     Esto último lo había dicho Gutiérrez, que tras un largo silencio había encontrado por fin algo que decir.

    - Hemos dado con el lugar desde el que profirió la amenaza. Es un apartamento en un bloque de pisos. Y está aquí al lado. En su jurisdicción. Su misión es ir a por él y reducirlo antes de que pulse el botoncito.

    Gutiérrez resopló.

    - Joder, parece fácil, ¿no? ¿Estas cosas no las hacen los Agentes Secretos, 007 y tal?

    Ahora resopló Paz.

    - Los recortes, amigo. Los recortes...

    - Pues vaya mierda...