martes, 15 de agosto de 2023

94.- El vecino cotilla

     - ¡Pss! ¡Pss! Oye, chaval. Eres poli, ¿verdad?

    Hortensio no tuvo que buscar demasiado. Apenas había comenzado a rondar la casa de Plenilunio cuando un vecino asomó la cabeza por la ventana y comenzó a chistarle.

    - Se ha liado una gorda, ¿no es así?

    El tipo parecía más un cotilla pesado que alguien que pudiera proporcionar información relevante. Hortensio, no obstante, se animó a pincharle.

    - Sí que se ha liado gorda, sí... Oiga, ¿oyó usted algo? ¿Vio algo?

    El vecino torció el gesto y miró al cielo, como si estuviera exprimiéndose la cabeza.

    - No, sinceramente. Bueno, hasta que comenzaron a llegar ustedes con sus sirenas y a despertar a todo el vecindario, claro.
    - Claro.

    "Irrelevante e insolente, mala combinación", pensó Hortensio. Lo había calado desde el principio.

    - ¿Conocía a la víctima?
    - Claro, era un escritor famoso.
    - ¿Sabe si alguien podría tener alguna razón para matarlo?
    - No, eso les toca investigarlo a ustedes...

    "Vaya, y encima graciosillo". Hortensio decidió tomar nota de su actitud.

    - ¿Alguien que pudiera tener la llave de la casa?
    - No. Aquí no hay portero, ni jardinero... Bueno, venían una vez a la semana a hacerle la limpieza. Es un tipo al que verá por aquí a menudo, ya que trabaja en varios pisos. En el mío no, desde luego. Mi casa me la limpio yo, ¿sabes? Nunca que gustó que...
    - Gracias, ha sido muy amable. Tengo prisa.

    Hortensio se alejó. El tipo era insoportable. Gutiérrez no le hubiera aguantado ni dos frases. Eso sí, la conversación no había sido del todo inútil. Volvía a comisaría con dos sospechosos. El vecino, y el de la limpieza. Siempre está el de la limpieza metido en los fregados...