domingo, 19 de mayo de 2024

111.- Defensa individual

     Gutiérrez había llegado a la conclusión de que el entrenamiento que acababa de presenciar era lo más aburrido que había visto en su vida. Y eso que, supuestamente, era el día antes de la final, todo tensión, todo atención de los medios... él solo veía a tipos altísimos rozando su cuerpos sudorosos para conseguir meter la bola en la canasta.

    - Eso es, comisario. Veo que capta el mensaje. Colaboración, juego en equipo, estrategia para la consecución de un fin común. Un deporte de altura...

    Más allá del juego de palabras, Gutiérrez asumió que Hortensio no veía las cosas igual que él.

    Además, la cosa había concluido y no había dado con el tipo del bigote. Era extraño, no obstante. Si el tipo no sabía que había sido observado, si la desaparición de Conde respondía a algún tipo de plan, el tipo del bigote debería volver a hacer acto de presencia. Presentar sus demandas. Y antes de la final, o sea, en aquel entrenamiento.

    Constantino, desde la cancha, saludó a Gutiérrez agitando la mano.

    - Maldito inútil. Como para pasar desapercibido -pensó Gutiérrez.
    - Mira, comisario, nos saluda el capitán. ¡Vamos, Lechones! -gritó Hortensio, para vergüenza de su jefe.

    De repente, Constantino se detuvo en el centro de la pista y señaló a un lateral de las gradas. Gutiérrez miró. Allí había un tipo, medio oculto. En su rostro, un mostacho enorme.

    El tipo, al darse cuenta, comenzó a correr. Gutiérrez y Hortensio comenzaron una frenética carrera. No llevaban ni cien metros cuando Gutiérrez decidió que seria mejor si el joven Hortensio, prodigio físico, se encargara de las persecuciones.

    Y se detuvo a respirar un poco y fumar un cigarrillo.

jueves, 9 de mayo de 2024

110.- El tipo del bigote

    - Constantino me dijo que Conde había estado raro -comenzó a explicar Gutiérrez.
    - Qué grande, Constantino. Gran triplista.
    - Y gran emperador, Constantino el Grande, no te jode, Hortensio... ¿Quieres centrarte?
    - Claro, comisario.

    Gutiérrez, entonces, le contó lo que sabía. Que Constantino el Grande había visto a Conde inquieto, preocupado. Que se había interesado por él. Que le había dicho que creía que le perseguían y, al ser inquirido por las razones, se había cerrado en banda. Que, poco después, al acabar el entrenamiento, había visto a Conde hablando con un tipo con bigote. Un enorme bigote.

    - Y aquello fue lo último que se supo de él.
    - ¿Del bigote?
    - De Conde, joder, Hortensio. Céntrate. ¿Quieres encontrar al gigante este antes de la final o no?
    - Todo por los Lechones, comisario.

    Gutiérrez suspiró.

    - ¿Por dónde empezamos? -preguntó Hortensio.
    - Ya te lo he dicho. Por el tipo del bigote...