jueves, 1 de junio de 2023

90.- Un asunto real

    - Pero hay un muerto de verdad, ¿no?
    - Sí, Comisario.
    - Con cadáver y todo...
    - Claro, Comisario. El cadáver está ahí, todavía no ha sido levantado...
    - Sí, joder. Por fin un puto cadáver.

    Gutiérrez se frotaba las manos ante la mirada atónita de Hortensio, que no terminaba de entender por qué su superior disfrutaba con la existencia de más asesinatos.

    Él, que siempre había lamentado los inconvenientes de este "trabajo de mierda", como él decía.

    Hortensio nunca entendería que, para hacer un trabajo, por mi desagradable que sea, lo principal es que haya trabajo que hacer. Si no hay trabajo, no tiene sentido trabajar. Gutiérrez ya estaba harto de falsas alarmas, de locos embobados, de artistas contemporáneos, de robos que eran confusiones, de apocalipsis de mentira. "El mundo se está yendo al carajo", pensaba. "Ya hasta los criminales son estúpidos posmodernos".

    Así que, ahora sí, tendría que enfrentarse a un crimen real. Hacía tiempo que no se veía en una de estas. Casi desde aquella en la que casi la palma...

    - Bueno, ¿vamos ya?
    - Claro, Comisario.
    - Rápido, que tenemos un caso que resolver.

    Hortensio flipaba por dentro y obedecía por fuera.

    Así que se pusieron en marcha.

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